jueves, 6 de septiembre de 2007

Un paseo por Delft



Como ya me temía cuando empecé este blog, esto se mueve menos que los dedos de Doña Rogelia. Así que, para ver si se anima el tema, voy a poneros algunas fotos de mi última escapada, en este caso a Delft (Holanda) para asistir a un congreso.

Como casi todos los congresos a los que voy, la cosa se reduce a "voy, presento mi ponencia, y me vuelvo", todo esto en el menor tiempo posible. Pero en este caso, al ser la lectura el lunes, aproveché el domingo para darme un paseo con Marta por las bonitas calles de Delft.

Es una ciudad bastante antigua, y fue residencia de Guillermo de Orange (el de la guerra de los 80 años contra la España de Felipe II), que además está allí enterrado.

El centro de la ciudad está muy bien conservado, y parece un pueblo de cuento, con todas sus casitas con la fachada en pico, y aspecto medieval. Además, como en todo pueblo holandés que se precie de serlo, en la parte antigua del Delft las calles son en realidad canales.

Tal vez por ser una ciudad muy turística, la gente es agradable y se muestran amables siempre que se les pide ayuda. Resulta muy fácil desenvolverse si se sabe algo de inglés, lo cual se agradece, porque el holandés me parece el idioma más difícil de los que he oído.

Sin embargo, una cosa que si me sorprendió es la visión que tienen de España, al menos desde el punto de vista histórico; yo pensaba que nos verían casi con indiferencia, que España para los holandeses sería uno de esos países que hay por ahí abajo... pero, no! Resulta que somos los malvados ocupantes de su país durante un porrón de años, de los que les costó deshacerse nada menos que 80 años. Vamos, una cosa como aquí con los franceses.

Bueno, en realidad la cosa no es tan así. En el trato con los holandeses ni te enteras del tema, pero si visitas museos, o monumentos de la época (en Delft hay muchos, porque Guillermo de Orange fue precisamente quién llevó a cabo la guerra de independencia) en las explicaciones no salimos demasiado bien parados, y en su epitafio, Guillermo I nos pone pingando. ¡¡Y eso que se supone que los herejes eran ellos!!

Por cierto, que al susodicho Guillermo se lo cargaron precisamente a causa de la enemistad con España... y bueno, para cobrar la recompensa de 25000 coronas que había ofrecido Felipe II. "Asco de dinero", pensaría Guillermo. Aún puede verse un balazo en las escaleras de su casa.

En fin, una visita muy recomendable, con el aliciente de que no se necesita demasiado tiempo para poder ver lo más interesante de la ciudad. Bueno, no os canso más. Podéis encontrar más fotos del viaje aquí.

5 comentarios:

tonicito dijo...

Me temo que esta visión que tienen de nosotros está bastante justificada, porque el Duque de Alba y sus secuaces no fueron ahí precisamente a inaugurar orfanatos...
Enhorabuena por las fotos! :)
Un abrazo.

El Sastre de Ulm dijo...

Hola tonicito, gracias por el comentario. Lo cierto es que sí. Desde luego, Felipe 2 y sus amigos no eran precisamente las hermanitas de la caridad, allá donde fueran.

Pero el caso es que me sorprendió. Sobre todo, porque pensaba que la actitud sería de indiferencia total. Pero claro, no me acordaba yo de nuestro affaire.

Natalia Valdés dijo...

Muy bueno el blog. Las fotos son una pasada y la maquetación genial.

Natalia Valdés dijo...

Muy bueno el blog. Las fotos son una pasada y la maquetación genial.

El Sastre de Ulm dijo...

Hola Natalia, gracias por tus halagos. Las fotos, la verdad es que estoy empezando, y voy haciendo lo que puedo.

Y respecto a la maquetación, es uno de los temas estándar de blogger. Lo elegí, porque creo que para las fotos lo mejor es fondo negro :)