viernes, 21 de diciembre de 2007

Corfú 3

Nos habíamos quedado en la hora de la siesta del segundo día de congreso. Y como ya os adelantaba, después de un día y medio asistiendo a diferentes presentaciones, decidí que era el momento de hacer algo de turismo. Mi intención era visitar el Aquileion, palacio de verano de la emperatriz Elisabeth de Austria (Sisi emperatriz), y hacer un buen montón de fotos para llevárselas a mi mujercita, que le encanta este personaje.

El problema era la logística, porque estábamos a unos cuantos kilómetros del lugar, y el transporte público brilla por su ausencia. La solución vino en forma de ciclomotor; la isla está llena de chiringuitos de alquiler de ciclomotores, motos y coches. Goyo, uno de los participantes del congreso, de la universidad de Zaragoza, ya había alquilado una para toda la duración del congreso, y además se ofreció a acompañarme a hacer algo de turismo. Así que me alquilé un ciclomotor, y salimos en dirección al norte, en busca del palacio de Sisi.


Llegamos al Aquileion, después de subir por una empinada carretera y nos encontramos sobre una colina, frente a un hermoso palacio neoclásico construido en mármol blanco, y rodeado de enormes mimosas y cipreses. En el interior del edificio pueden visitarse un par de salones, la habitación de la emperatriz, y una colección de fotos y objetos personales de la familia imperial. A lo largo del lado oeste del edificio, un camino sube entre huertos hasta llegar a los jardines de la parte trasera, orientada hacia el norte.


Los jardines, se sitúan sobre una plataforma con una camino central y pasajes laterales de estilo romántico. Antes de llegar a la estatua que preside el jardín, pasamos por delante de una enorme palmera cica con varios brazos. A los pies de la estatua podemos disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad de Corfú y de la costa este de la isla.


Volviendo hacia el sur, nos dirigimos de nuevo hacia el edificio, para llegar a la parte trasera del mismo. Subiendo por unas escalinatas llegamos a una nueva terraza, en la que nos encontramos con una impresionante estatua del guerrero Aquiles, herido por la flecha de Paris. La estatua es espectacular, por los detalles de la anatomía y el gesto desencajado del guerrero. Subiendo un nuevo tramo de escaleras, ya junto al edificio, encontramos a las nueve musas en una nueva terraza rodeada de enormes árboles. Por la ladera este baja una estrecha escalera, rodeada de vegetación, y flanqueada por estatuas que lleva de nuevo a la parte delantera del edificio.

Acabada la visita del palacio, volvimos a la carretera, para dirigirnos a Kerkyra, la capital de la isla. A la llegada, un largo paseo marítimo nos lleva hasta la antigua fortaleza, de origen bizantino, mientras se puede disfrutar de unas bellas vistas de la pequeña bahía de la ciudad, y de la costa griega a escasos kilómetros de la isla. Debido a la hora no pudimos visitar la fortaleza, así que decidimos adentrarnos en el barrio antiguo de Kerkyra, que es además el centro turístico y comercial de la ciudad.


Sus calles, que transcurren entre antiguos edificios de los siglos XV al XVII, de la época de la ocupación veneciana. Si el paseante es capaz de obviar las innumerables tiendas de recuerdos turísticos, podrá imaginar el aspecto que tendría cualquier ciudad del norte de Italia en el siglo XVII. Algunos rincones entre las callejuelas, junto con las pocas tiendas 'de toda la vida' que quedan en el barrio le dan un aire muy auténtico a esa zona de la ciudad.

En el extremo opuesto de la parte antigua puede verse, casi desde cualquiera de sus calles, la enorme mole de piedra, con muros de varias decenas de metros de altura, que protegen la fortaleza veneciana. Aunque, de nuevo, no pudimos visitar la fortaleza, pues ya había cerrado al público, si que pudimos disfrutar del atardecer y de las vistas de la zona norte de la isla, y de la costa continental, que se adentra ya en Albania.



Llegados a este punto, nos retiramos de nuevo hacia el sur, en dirección al hotel, al que llegamos ya anocheciendo. Devolví la moto al chiringuito donde la había alquilado, y subimos al hotel, a disfrutar de una buena cena. El día acabó con una tranquila velada, antes de retirarme, esta vez para hacer maletas y preparar el regreso a casa.

En fin, un viaje algo apresurado pero interesante. Aunque, todo hay que decirlo, con un cierto sabor agridulce por no haberlo disfrutado con mi familia, que en esta ocasión no pudieron acompañarme.

4 comentarios:

Jero Moreno dijo...

Me parecen unas fotos espectaculares pero te hago una sugerencia: ¿por qué no las pones más grandes? Es sólo una opinión, ¿eh? jeje

¡¡feliz año!!

El Sastre de Ulm dijo...

Hola Jero, gracias de nuevo por tus elogios a mis fotos. Lo de ponerlas más grandes, ¿te refieres a la miniatura dentro del post, o a la que se abre después?

La miniatura dentro del post podría hacerla un poco mayor. La foto grande está a un tamaño que permite ver la foto entera en el navegador a 1024x768.

En cualquier caso, tomaré nota de la sugerencia. Gracias.

Feliz año.

Anónimo dijo...

Para el sastre de Ulm:

Gracias por tus extraordinarias fotos. Estoy leyendo la biografía de Sissi,escrita por Brigitte Hamann y en el relato de como fue construido este castillo en Corfu, buscando en el internet encuentro que eres el único que ha hecho un trabajo fotográfico excelente. Gracias a tus fotos puede uno ver los trabajos que se hicieron en su momento y que fueron realizados por los talentos de la época vienesa.
Felicidades.

El Sastre de Ulm dijo...

@anónimo: Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te hayan gustado las fotos y mi pequeño relato de la visita.
Y gracias también por la referencia al libro, que creo que no tenemos en casa.