
A la mañana siguiente de mi llegada al hotel me levanté y, tras un buen desayuno, fui a darme una vuelta por el hotel... y la verdad es que el hotelito que eligieron los organizadores del congreso se las trae.




El resto del día lo pasé asistiendo a diferentes sesiones del congreso, y tomando que algún que otro café (al módico precio de 3€ el café ¿quién me dijo que Grecia era barato?) en la buena compañía de la gente a la que fui conociendo (un saludo para todos ellos). La jornada acabó en el típico poscolabis de bienvenida, en el que el vino y unos aperitivos ayudan a romper el hielo entre los participantes del congreso, y a entablar conversación sobre cualquier tema... incluídas las matemáticas, claro.
Podéis encontrar más fotos en el lugar habitual.
2 comentarios:
Me das mucha pena Sastre, eso no es vida...¡Eso es vidorra...!
Tanto solaz, embota las neuronas y luego no vas a poder discurrir, je,je,je.
Un abrazo.
A qué si! Si es que no pue ser.
Pues espera, que aún tengo que subir la segunda parte... en la que me voy a hacer turismo, directamente.
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